Nuestros bloqueos mentales pues, tienen que ver con partes internas en conflicto. Lo que conscientemente queremos lograr vs lo que inconscientemente logramos (y que no queremos). Por ejemplo, por un lado -consciente- queremos dejar de preocuparnos porque "entendemos" que no tiene sentido hacerlo, que sólo provoca desgaste personal y en nuestras relaciones y que, en todo caso, lo mejor es ocuparnos con una actitud positiva y una determinación "a prueba de balas" que permitan reducir al mínimo las posibilidades de que suceda- o siga sucediendo- lo que nos preocupa. ¡Está claro! Conviene no preocuparse y mejor ocuparse...¿Claro? Por otro lado, "simplemente" nos seguimos preocupando a pesar de que hemos decidido no hacerlo. Y ¿entonces? ¿Qué sucede? ¿Por qué "gana" lo que no queremos y "pierde" lo que queremos?
Precisamente por los "bloqueos mentales". En las profundidades de nuestro ser cognitivo, se mantienen planteamientos "poderosos" y se sostienen intenciones "contundentes" que son capaces de imponerse a nuestra voluntad consciente. Identificar esos planteamientos y esas intenciones constituyen una de las claves para corregir nuestra "disfuncionalidad cognitiva" y poder lograr la congruencia interna entre lo que queremos y lo que logramos. ¡Hay de descubrir el (auto)engaño!
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